Muchas afirmaciones de los empaques de comida no están reguladas. Por lo tanto, en el mejor de los casos son ambiguas y, en el peor, son simples engaños.
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Se trata de herramientas de marketing diseñadas, por supuesto, para hacerte comprar. Esto no significa que siempre sean falsas. Más bien, en vez de confiarte de ellas, revisa bien ingredientes para ver si están justificadas.

Por ejemplo, no tiene sentido que una comida sea libre de cereales, pero en vez de trigo y maÃz esté llena de montones de papas y arvejas; que una comida diga que es hipoalergénica porque no tiene pollo, pero sà tiene gluten; que diga que es hidrolizada, pero la proteÃna que hidrolizan es de soya; que diga “1er ingrediente pollo de verdad”, pero luego sigan montones de ingredientes vegetales, que individuales son menos que el 1ro, pero en conjunto hacen mucho más; que tenga 40% de proteÃnas, pero esté lleno de proteÃnas vegetales añadidas de cereales (p.e., gluten), legumbres (p.e., concentrado proteico de soya o arveja) o tubérculos (p.e., proteÃna de papa); o que diga que regula el pH de la orina, pero es 40% de carbohidratos, lo cual alcalinizar la orina.
Lee siempre ingredientes y composición con cuidado para que no te engañen. Recuerda que tan importante como lo que no trae, es lo que sà trae; que los ingredientes en principio vienen enlistados de lo que más traen a lo que menos, pero que siempre hay maneras de ajustarlo si dividimos ingredientes con maña; que no sólo el primer ingrediente es importante; que hay mil maneras de nombrar las cosas, etc.
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¡Cuestiona todo!